
Oscura y certera al final del camino,
ella una vez mas.
Ella con el cuento de siempre,
burlando el alma-adoquin del destemplado.
Ella asfixiada en su propio velo tejiendo el laberinto de Ulises.
Vacía y roja en la negrura de ese futuro-quimera rebelión,
allí vuelve para mentir
para afanarse un vuelto de Dios,
una lagrima proletaria.
El ultimo escabio de los lerdos.
Flaca y hueca
flota en la ribera,
torcida y raída se presenta en el desfile de los desclasados.
Nadie la ve, solo se la intuye.
Omnipresente.
Diosa.
Oscura
Amarrados a la noche
la podemos ver
otra vez gestando una lluvia de perlas,
una chaparrón de miseria.
Seremos uno y otro
o no seremos.
Ella invicta
volverá a reinar.
Sabe que nuestros pequeños triunfos
son pasajeros.
CIRI ( SERGIO L. CIRIGLIANO)