I
Ya no llueven promesas,
Solo asoman chaparrones
de incredulidad
Su aliento me llama.
Me sopla
Me dice
Que me gane este reino
Que es mío.
Pero no le creo.
Estoy acostumbrado a las trampas
E invierto el valor de todo:
Palabras y objetos.
Señales y ruidos.
II
Ya no sale el sol de los encuentros
Se dibuja una luna tibia
De mirada helada
Estamos inexorablemente solos
Desnudamente asustados
Clavados detrás de un vidrio roto
Sangrando un laberinto de miedos
Estamos en la ciudad de Dios
Doblegados por la tirania de los demonios
Doblegados por la tirania de los demonios
Nos ahogamos
En una colmena de humo
En una colmena de humo
Somos errantes quietos
Vagabundos inmóviles
Somos una especie extinguida
Buscando nacer.
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