VIEJA MARILYN
Desconectados . . . como siempre, como siempre Vieja Marilyn.
En esta orilla amigos borrachos escriben las paredes y saltan a las espaldas de los
ángeles.Lagrimean al sol. Destiñen sus cuerpos.Generan gritos subterráneos.
Voces que copulan con las alas del silencio. Como verás, nada ha cambiado: los
“distintos” engrosan los pabellones de la marginalidad, los procaces se suicidan en
la lengua del demonio, los poderosos no vacilan en quemarnos las naves. Nada ha
cambiado, Vieja Marilyn, la risa desentada de la muerte comparte un lugar en mi
espejo. Las cenizas de la historia vuelan cielos incendiados y Dios aun me pregunta
por las noches porque Autaud lo sigue observando desde su penumbra.
Ah...! Vieja Marilyn... ¿Qué nos separa en realidad?? ¿Qué fuerza nos permite
encontrarnos aquí, justamente aquí, en este baldío de palabras, en esta ciénaga de
metáforas y adjetivos que no llegan a conformar un poéma?
Tonta Marilyn, mi cuerpo también es una marioneta clandestina que gira y gira en
torno a un eje invisible. Hermosa Marilyn, mis lágrimas a veces corren
avergonzadas a disolverse y le disparan a las plegarias, a los ecos... y a los viejos
transeúntes que las pisotean con olvido y furia...Sonríe Marilyn... Sonríe y perdona,
no quise que pasaras un mal rato, pero sucede que alguien le apuntó a mi poéma,
aún no sabe bien porque, y entonces me acordé de vos... y te cité justo, justo en el
centro de mi marea...
Desconectados . . . como siempre, como siempre Vieja Marilyn.
En esta orilla amigos borrachos escriben las paredes y saltan a las espaldas de los
ángeles.Lagrimean al sol. Destiñen sus cuerpos.Generan gritos subterráneos.
Voces que copulan con las alas del silencio. Como verás, nada ha cambiado: los
“distintos” engrosan los pabellones de la marginalidad, los procaces se suicidan en
la lengua del demonio, los poderosos no vacilan en quemarnos las naves. Nada ha
cambiado, Vieja Marilyn, la risa desentada de la muerte comparte un lugar en mi
espejo. Las cenizas de la historia vuelan cielos incendiados y Dios aun me pregunta
por las noches porque Autaud lo sigue observando desde su penumbra.
Ah...! Vieja Marilyn... ¿Qué nos separa en realidad?? ¿Qué fuerza nos permite
encontrarnos aquí, justamente aquí, en este baldío de palabras, en esta ciénaga de
metáforas y adjetivos que no llegan a conformar un poéma?
Tonta Marilyn, mi cuerpo también es una marioneta clandestina que gira y gira en
torno a un eje invisible. Hermosa Marilyn, mis lágrimas a veces corren
avergonzadas a disolverse y le disparan a las plegarias, a los ecos... y a los viejos
transeúntes que las pisotean con olvido y furia...Sonríe Marilyn... Sonríe y perdona,
no quise que pasaras un mal rato, pero sucede que alguien le apuntó a mi poéma,
aún no sabe bien porque, y entonces me acordé de vos... y te cité justo, justo en el
centro de mi marea...
Perdón Vieja Marilyn...
Mis palabras también, a veces, toman
pastillas para negar su existencia-
pastillas para negar su existencia-
S. L CIRIGLIANO 23.4.85
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